“Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria”. Graciela Montes (El golpe y los chicos)

Durante la última dictadura, hubo muchas prohibiciones, una de ellas fue la censura en la literatura infantil. Los militares que tomaron el poder planteaban que muchos de estos libros desprotegían a los niños, ya que ponían en cuestión valores como la familia, la religión o la patria.

La escuela constituye un sitio propicio para abordar los hechos de la historia reciente, y crear un espacio para recordar estos libros y divulgar su contenido para que formen parte de la reflexión del 24 de marzo.

El golpe de Estado de 1976 fue trabajado en las aulas para reflexionar sobre el valor de la democracia y la vigencia de los derechos humanos, para bucear en los conceptos básicos del Estado de derecho y para recuperar la importancia de la memoria y construir un futuro en el que hechos como éstos nunca más se repitan.

Los alumnos de 4° grado fueron invitados a recordar, honrar la memoria, leer, reflexionar sobre algunos hechos del pasado para entender este presente, de cara al futuro, y así construir juntos un camino de lecturas permitidas, abiertas y múltiples. Vincularon la literatura, la memoria y derechos humanos. A través de la lectura de “literatura prohibida” como ser “Un elefante ocupa mucho espacio” “El pueblo que no quería ser gris”, “La línea” entre otros, lograron cargar de significado al texto y apropiárselo de un modo intenso.

Para culminar realizaron folletos relatando los argumentos de cada cuento, y crearon un mural para divulgar el contenido de los libros compartidos.